En primer lugar hay que hacerle entender a estas mujeres que están en presencia de un problema psicológico, de una patología que deben concientizar. Por eso es importante brindarles a estas mujeres maltratadas ayuda psicoterapeuta, charlas, talleres que faciliten la toma de conciencia del mismo. Sobre todos a las féminas de escasos recursos económicos. Como Docente de Sociales y Orientadora siempre he pensado que la Historia y la Psicología son verdaderas armas subversivas para quien comienza a estudiar, indagar y conocer acerca de ellas. En especial la última te cambia la vida, cuando comienzas a informarte de las trampas y raíces psicológicas de los conflictos, se te abre una ventana a un mundo distinto de posibilidades, a una nueva existencia, a un marco de referencia nuevo que te hace transcender como ser humano. Comienzas a observar una realidad distinta que antes parecía enmascarada.
Es todo un orgasmo intelectual saber que la libertad es la verdadera posibilidad que posee cualquier ser humano para ser feliz. Un Filósofo en una oportunidad refirió: La felicidad no es un camino, el camino es la felicidad. Nadie puede obligarte a ser lo que no deseas, a amar a quien no debes, a estar con quién no te merece. Por esta razón debe brindarse a la mujer abusada herramientas que le permitan forjar en su interior algo que éstas no poseen: Autorrespeto y Dignidad Personal. Una mujer maltratada, vende lo que no está en venta, negocia con el respeto y se arrastra más allá de lo inimaginable, con tal de conseguir la dosis de amor que necesita. Por el contrario, el principio del autorrespeto y la dignidad intentan definir los límites de la soberanía personal. Hay valores y principios humanos que no son negociables, la vida y el amor propio son uno de estos principios.
Es prioridad que la mujer vejada recobre su autoestima, saber que ella debe amarse a pesar de lo que el otro piense y diga, y muy a pesar del amor que le hubiere ofrecido sus padres o adultos significantes en su infancia. Hay que dejarles saber que no existen dos mujeres iguales que caminen, piensen, sientan y actúen de la misma forma. ¡Eso es maravilloso! Por lo tanto nadie puede amarte más que tú misma.
La hembra codependiente no se ama y lo peor: Siente que nadie merece amarla. Existen damas de cierto estatus social y económico que recurren a la magia para justificar su desdicha:
_ Es que él es mi alma gemela
_ Tengo que pagar ese Karma
_Mi carta astral dice que Venus conjuga en forma retrógrada con su Marte, por eso actúa así
Esto es un mal echado
¡Que manera de empañar la vida que se lleva! Sin embargo, para algunas la religión le ha servido de consorte y regocijo cuando ambos: Maltratado y maltratador buscan ayuda, desplazando su amor patológico y codependiente hacia el ser supremo, Dios.
Es una especie de sublimación diría Freud, es increíble ver como en el caso de la Iglesia Cristiana Evangélica, se ayuda a muchos de estas personas a erigirse una vida mejor, sirviendo de ejemplo y motivación a otras religiones, de hecho es esta iglesia la pionera en tratar la codependencia en el drogadicto y alcohólico, aunque no soy ferviente de dicha doctrina, no hay que negar que el creer en un DIOS que sabes que te hizo grande, única, perfecta, a su imagen y semejanza, puede servir de aliciente para quienes viven en un túnel oscuro
De manera que, hay que ofrecer a la mujer maltratada la oportunidad de descubrir su potencial interior, aptitudes, destrezas, habilidades, que le faciliten desarraigarse de esa amor codependiente- obsesivo, que sientan que valen no porque son la pareja de alguien, si no porque son ellas. Existen quienes justifican su maltrato porque afirman tener 4, 5, 7 hijos. ¿Quién me los mantiene? Esbozan resignadas, por eso trabajar este aspecto es imprescindible. Según Riso Walter (2004) Es imposible convivir sanamente sin un equilibrio entre el dar y recibir. Eso es simetría, si una de las partes quiere sólo recibir y no dar se está en presencia de un narcisista, por el contrario, cuando hay otro que da a tiempo completo y no cree merecer afecto, la sumisión y la existencia de un maltrato está presente. Si una persona no aprecia el sentimiento que le ofreces, no lo valora, el mismo entonces muere en el camino, se extingue, desaparece. Sencillamente no vale la pena el desgaste emocional. No por casualidad el mismo Riso expresa: Si no te aman, no te respetan, o te subestiman no te merecen como pareja. Quiero finalizar afirmando:
“El amor verdadero no te humilla, ni se humilla. Da y recibe por igual, es libre, por eso te da libertad. Es sincero, genuino, auténtico y lo mejor de todo te da derecho para ser asertivo, para pensar en voz alta ante el otro y así crecer como individuo y como pareja “
Profesora Lisbeth González
Magíster en Orientación
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