sábado, 9 de abril de 2011

Pilares de la resiliencia

Pilares de la Resiliencia

Los atributos que aparecen con frecuencia en los niños y adolescentes considerados resilientes han sido designados como pilares de la resiliencia Según Suárez (En Melillo y Suárez, 2004) Estos son:
1.  Introspección: Entendido éste como el arte de preguntarse a sí mismo, dándose una respuesta honesta.  Para los psicoanalistas no es más que el desarrollo equilibrado de la relación del yo con el súper yo ideal del yo del sujeto.  En esta autorreflexión interna se puede detectar la adecuada o inadecuada autoestima del individuo.  Si ésta es negativa y el yo es víctima de una exacerbada crítica interna o esta agobiado por las exigencias de sus ideales, no va a poder darse una respuesta honesta.  Pongamos el siguiente ejemplo: un adolescente coactado por una banda de delincuentes no puede reflexionar y ser sincero consigo mismo en relación a sus malos pasos, porque necesita pertenecer y ser reconocido por ese grupo, para mantener su equilibrio aun a costa de su conducta patológica.  Es decir, que esta introspección está ligada a una sólida autoestima, que a su vez es fruto de sus buenas relaciones con los otros significativos. Los niños resilientes siempre buscan identificarse con personas alentadoras y de no ser así, lo reconocen.  Por eso hay quienes piensan que el primer paso para vencer un problema es reconocerlo.
2.  Independencia: Entendido como la fijación de límites entre uno mismo y el medio con problemas, manteniendo distancia emocional y física sin caer en el aislamiento.  No es fácil para un individuo que ha sido abandonado por sus padres o abusado sexualmente no sentir culpa por ello.  La independencia permite que ese sujeto pueda darse cuenta que lo que él vive no es su culpa sino producto de una circunstancia externa difícil que se puede reconocer y manejar.  A veces el infante o el joven por temor a perder el cariño de sus padres niegan consciente o inconcientemente la realidad penosa que viven quedando atrapados en situaciones de abusos y negligencias.  Solo si este tiene un juicio adecuado, apoyado en una sana autoestima podrá fijar límites con el medio o personas problemáticas.
3.  Capacidad de relacionarse: Uno de los más importantes pilares de  resiliencia es la habilidad para establecer lazos de unión y cariño con otra gente, en un intento de equilibrar la propia necesidad de afecto, con la actitud de brindarse a otros.  La provisión constante de amor que requiere la autoestima del sujeto moviliza esta necesidad, durante toda la vida. Sin embargo, un desequilibrio narcisista puede dificultarla, tanto por déficit como por exceso.  Un infante que se crea no merecedor de afecto evitará a toda costa el contacto. Y los demás obviamente lo evitaran confirmando así su creencia.  Así mismo cuando hay un exceso de sobreestimación defensiva el individuo se muestra orgulloso, prepotente, escurridizo, autosuficiente rasgos que terminan por ahuyentar a los otros.  Es frecuente oír de la boca de asesinos y delincuentes el no merecimiento a  la  vida.  Es decir; si no me importa mi propia existencia; ¿Por qué habría de importarme la del otro? Afortunadamente un resiliente busca a alguien significativo que pueda amilanar su dolor y con el cual relacionarse adecuadamente.
4. Iniciativa: Que es el gusto de exigirse y ponerse a prueba en tareas progresivamente más exigentes recordando a Guénard (en Cyrulnik y otros, 2004) “Tenía que llevar piedras, subir escaleras de mano.  Me dolían los brazos, las piernas, la cabeza.  Pero quería ganar, porque me habían dicho que era irrecuperable” (p.75). Un resiliente es una persona que esconde dentro de sí la fortaleza y el empuje para salir adelante. Son perseverantes que llevan dentro de si la energía interior para vencer cualquier afrenta.
5.   Humor: Encuentran lo cómico en  la  tragedia.  Es tan importante este pilar que el mismo mereció un análisis más explicito como se observará más adelante.
6.   Creatividad: El cual figura como la capacidad de crear Orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden,  que al igual que el humor merecerá un análisis más exhaustivo.
7.   Moralidad: Es la consecuencia de extender el deseo personal de bienestar a toda la humanidad, al mismo tiempo poseer un alto sentido ético y de los valores hacia los otros, cosa que ya se evidencia desde muy temprana edad, pero sobre todo a partir de los 10 años.  Esto indica que no basta con haber superado el trauma y destacarse, se necesita de un poco de moral, de sentido humano y ético para ser modelo y ejemplo a los otros.  No podríamos citar como resilientes a un Hitler, un Mussoline, un Alcapone, un Sadam Hussein. Todos venidos de situaciones difíciles que llegaron a ocupar incluso un lugar en la historia pero que sin embargo su conducta patológica difiere mucho de una persona que ha saneado o como diría Cyrulnik (2006). “Metamorfoseado el dolor”, el trauma.  Esa herida sigue abierta, supurando la pus de la desdicha, y por eso quiere ver a los demás pisoteados, devastados, mallugados.
8.  Autoestima Consistente: La cual es la base de los demás pilares y fruto del cuidado afectivo consecuente del niño o adolescente por parte de un adulto significativo.


1 comentario:

  1. Lo que aporta este concepto es una mayor comprensión y conocimiento empírico de los factores que protegen al sujeto de los efectos deletéreos de las malas condiciones del ambiente

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