sábado, 30 de abril de 2011


La cartografía mental en la didáctica de las Ciencias sociales

Los mapas mentales, conceptuales, semánticos son una estrategia de gran valor para ser aplicada en las ciencias sociales ya que la naturaleza de esta área involucra un gran arsenal de conocimientos teóricos que  necesitan ser desmembrados y resumidos para llegar a nuestros estudiantes con mayor certeza y facilidad.
Un mapa mental se caracteriza por poseer un tema  central de la que se desprenden  ideas segundarias, así como sub ideas, las cuales son realizadas, leídas e interpretadas siguiendo el orden de las manecillas de un reloj. Es decir, de izquierda a derecha. En un mapa conceptual sólo existen términos y palabras claves en relación a un tópico de interés. Mientras que en un cartograma mental las imágenes son pieza clave en cada una de las ideas, características, conceptos, causas, consecuencias, importancia... que se desprendan del eje central. Esto le permitirá a los visuales memorizar fotostáticamente el contenido que queremos estudiar, al mismo tiempo que ejercitará ambos hemisferios cerebrales si se sigue las siguientes pautas:
Asignar una lectura en aula.
Pedir a los estudiantes que subrayen las ideas principales y segundarias referentes a la temática de estudio
Lo anterior también puede plantearse a través de una serie de interrogantes, los cuales deben responderse en el orden estipulado, resumiendo lo más que pueda. Esto permitirá trabajar el análisis- síntesis tan necesarias en el abordaje de las Ciencias Sociales.
Una vez realizado el paso anterior se prosigue a tomar una hoja tamaño carta la cual vamos a trabajar de forma horizontal, en ningún caso debe hacerse de forma vertical, ya que necesitamos despejar lo más posible el área de trabajo para que el cartograma quede lo más limpio y prolijo posible.
En el centro de la hoja vamos a colocar una imagen llamativa que guarde directa relación con el tema central, de esta manera el cerebro elaborará conexiones cerebrales facilitando el aprendizaje del mismo. Una vez resuelto este paso, se colocaran alrededor de esta imagen ramificaciones no más de (6) preferiblemente en las cuales se colocará las ideas segundarias resultantes del tema central. Cada una demarcada de un color distinto, eso permitirá diferenciar, categorizar,  describir... una de la otra. Se sugiere que no se utilice el color amarillo en los mapas mentales ya que este  tiende a borrarse con el tiempo. Repita lo menos posible las tonalidades semejantes, como lila y morado o verde manzana  y militar ya que la idea es trabajar con matices totalmente opuestos.
A cada lado de la ramificación se colocaran las imágenes referentes a la síntesis expuesta. Otra  recomendación importante tiene que ver con el tipo de letra a utilizar, se sugiere que los mapas sean elaborados con letra de molde para ser entendidos de mejor forma por quien los lee. Esto porque existen personas que no poseen una bonita caligrafía, dificultando su entendimiento.
 Por otro lado es imprescindible la utilización de fondos blancos para que resalte el colorido, además de utilizar marcadores llamativos, colores, tiza de colores que haga agradable la visualización de la estrategia.
En fin, cada persona es un mundo de percepciones distintas, originando con ellos mapas diferentes, con potenciales creativos distintos, pero que de igual forma estimule no sólo la imaginación propia del hemisferio derecho, si no desde luego el análisis, orden y síntesis del hemisferio izquierdo.
He aquí algunos ejemplos de mapas mentales elaborados por adolescentes de la escuela Técnica de promoción Social y servicios de Salud Mariño. En el área de sociales












































Profesora. Lisbeth González

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